
Consejos para asistir al gimnasio cuando no hay motivación
En redes sociales observamos a especialistas del entrenamiento físico, con una motivación permanente, que no desfallece ante nada, pero es una imagen poco objetiva, de lo que realmente nos ocurre a la mayoría de las personas, que estamos batallando por lograr objetivos concretos.
Conservar la motivación en el gym consiste en tener presente que van a existir días bueno y no muy buenos, y eso está bien, no hay que pensar que está mal.
Tener días donde no poder visualizar ese vientre plano que soñamos, representa circunstancias momentáneas, que trabajando de forma continua, lo vamos a lograr, porque del trabajo duro y del enfoque, se consiguen resultados duraderos.
Ahora, cuando ya de verdad sentimos que estamos a punto de tirar la toalla, que nuestros pensamientos se nublan de desesperanza y tristeza, lo mejor es buscar estrategias. Estas tienen que desviar la atención de nuestra mente, y para esto a continuación se detallan algunas maneras que nos ayudan con este objetivo.
1. Escribir tus objetivos
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Si deseamos lucir alguna ropa o poder competir en un evento o simplemente estar a gusto con nuestro cuerpo, debemos mantenernos concentrados en nuestro objetivo.
Pero somos humanos y nos dejamos llevar por nuestros pensamientos negativos, de no sentirnos capaces de conseguirlos. Una manera para mantenernos firmes, es escribir mensajes en un papel suelto, que ubiquemos en un sitio visible para nosotros, como la nevera, espejo de baño, o cualquier lugar donde pasemos la mayoría del tiempo.
Los mensajes tienen que relacionarse con el objetivo final, escribiendo frases cortas, que resuenen con la conciencia. Esta herramienta consiste en ser un recordatorio constante, cuando los ánimos no están altos.
Los resultados físicos se llegan a notar mínimo a partir de 3 meses de entrenamiento, así que debe tener paciencia y mantenerse en el buen camino, para luego poder celebrar cada ganancia que se haya logrado.
2. Programa tus entrenamientos
Nuestra vida siempre va a estar llena de compromisos; del trabajo, la familia o la universidad, y para evitar esa conducta de evadir nuestra cita en el gimnasio, con la excusa de que estamos muy ocupados, lo mejor es planificarnos la semana.
Para esto debemos disponer de un día de la semana, donde anotemos en nuestra agenda, los días y las actividades a realizar, incluyendo las sesiones en el gym.
Al estar escritas en la agenda, existe una alta probabilidad de que asista, sin saltarse sus horas destinadas al ejercicio, debido a la presión que siente, de que debe cumplir con cada responsabilidad que se tiene.
3. Entrena de acuerdo a cómo te sientas
Hay días en donde la motivación no está muy alta, pero esto no da pie para no salir a entrenar y tirar a un lado el camino ya recorrido.
En esos momentos lo que mejor funciona es entrenar adaptándonos al estado de ánimo, la motivación en el gym aumentará o descenderá en ocasiones, pero al solo pisar el suelo del gimnasio ya no hay vuelta atrás.
En los días donde nos sintamos un poco flojos de energía, podemos concentrarnos en entrenamientos de estiramientos y flexibilidad, que son buenos para un vientre plano y reducen el riesgo de contraer lesiones.
Luego cuando se tenga más ganas, se ejecutan entrenamientos con equipos de carga, que impliquen mayor esfuerzo.
Esta manera de flexibilizar los entrenamientos, son una forma de escuchar nuestra mente, de tomar en cuenta lo que sentimos, e ir progresivamente recuperando nuestra motivación, sin forzarnos.
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